sábado, 5 de febrero de 2011

1984

“Dos lagrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a si mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano.”

1984 esboza con una claridad que asusta, los pilares del control social post-moderno, donde el empleo de la represión física tradicional ya no es suficiente ni tampoco necesaria.

La mutabilidad del pasado, el doblepensar y la neolengua, constituyen los pilares de una sociedad que pretende desenmascarar la esencia del poder, esa distopia que cada vez parece más cercana.

Sin duda el libro muestra el principio explicativo que ha constituido y constituye el proceso de transformación social contemporáneo. De la esclavitud asalariada, a la servidumbre voluntaria.

George Orwell, se emplea una narrativa que angustia y atrapa en una contradicción que te acompaña todo el libro y que en mi caso aun me sigue a todas partes.

Un buen recordatorio de que el poder no solo actúa desde casa de los empresarios ni desde la de los policías.

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