miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Donde estamos en el plano educativo?

¿DÓNDE ESTAMOS EN EL PLANO EDUCATIVO?.

En el plano educativo, yo diría que nos encontramos en el lado negativo. A los elementos negativos que se indicaron el pasado martes en clase: docencia sin motivación, evaluación del conocimiento y no del esfuerzo, competencia mal entendida, falta de participación del alumno, arbitrariedad y demasiada teoría, tendríamos que añadir la falta de medios de los que dispone la educación en España respecto de los países desarrollados de nuestro entorno.

Esta ausencia de medios se puede materializar en falta de ayudas económicas (becas, infraestructuras adecuadas) y escasez de educadores vocacionales y/o motivados en el ejercicio de su profesión docente e investigadora. Sin estos dos elementos todo proyecto educativo que se inicie, estará abocado al fracaso o a la formación/educación de personas limitadas en el desarrollo de su educación por encontrar, tanto desde el punto de vista técnico (insuficiencia de conocimientos) como geográfico (desconocimiento de idiomas, falta de preparación respecto de otras personas educadas en un entorno de mejor formación).   

Para positivar este estado educativo tendríamos que realizar en el menor tiempo posible una serie de mejoras que, como punto de partida, tendrían la satisfacción de la ausencia de los medios señalados, seguidos de un mayor trato personal entre educadores y educandos y una mayor motivación de los alumnos.

De entre los señalados hay que subrayar el respeto en la educación. La falta de respeto, parafraseando a Richard Sennett, aunque menos agresiva que un insulto directo, puede adoptar una forma igualmente hiriente. Con la falta de respeto no se insulta a otra persona, pero tampoco se le concede reconocimiento, simplemente no se la “ve” como un ser humano integral cuya presencia importa. El respeto, por tanto, vendría a constituir el vínculo necesario entre profesor y alumno para poder alcanzar el propósito de la educación que no es otro que establecer una relación de ayuda entre educadores y educandos para que, a través de su experiencia dentro del fenómeno educativo, cumpla la parte de su misión de ir preparándose para el cumplimiento de las etapas de la vida. 

Respecto de los elementos positivos que se señalaron, creo que son balbuceantes y voy a intentar explicarlo brevemente.

Cuando señalábamos la adquisición de “nuevas relaciones sociales”, entiendo que nos referíamos a ellas sólo a nivel local. Sirva de ejemplo la participación mayoritaria de los alumnos “Erasmus” en las clases frente al silencio de los nativos, lo que denota que o no hemos aprendido a relacionarnos socialmente o existe algún tipo de complejo de inferioridad. Este punto está directamente relacionado con otro de los señalados en clase “el fin de la educación es el desarrollo social y personal”, pues no puede existir un desarrollo social y personal si no te relacionas socialmente, o viceversa.

Sin embargo, si creo que la educación supone el establecimiento de “identidades compartidas” que, espero, dejen de ser casi sectarias, socialmente hablando: médicos, abogados, politólogos, etc…

Sólo a medias, opino que la “diversidad del conocimiento” es un elemento positivo de la educación. La diversidad del conocimiento, cuando hablamos de niveles educativos inferiores o de primera formación, es fundamental; es más, no deberían entenderse estos niveles sin una rica diversidad, no sólo vale aprender a leer o a sumar, sino que hay que aprender a aprender porqué se aprende. Sin embargo, en niveles superiores, en los universitarios, creo que es fundamental concretar o nuclearizar el conocimiento y dedicar a ellos el mayor tiempo posible, no diversificándolo hasta el punto de olvidar el propósito educativo en esta etapa.  
 

1 comentario:

  1. Gracias por tu aportación y específicamente por tus reflexiones sobre las "nuevas relaciones sociales", con apuntes muy oportunos. Un abrazo, Roberto Carballo

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