lunes, 24 de enero de 2011

¿DESEMPLEO?

¿DESEMPLEO?

Las clases se han transformado en pequeñas conferencias sobre temas de lo más variados. Lamentablemente, ya han sido unas cuantas sesiones y exposiciones que, no por gusto, me he perdido desde que la semana pasado empezáramos a exponer los trabajos en grupo. Bien por coincidencia con otra clase (la inusual sesión del viernes) o bien por citas médicas inevitables, tan sólo he podido ser oyente en dos ocasiones que, sin embargo, han suscitado en mi gran interés.
Uno de los grupos habló de la situación del desempleo, cómo se entiende, desde un punto de vista estatal, esta situación, cómo se intenta afrontar y, en general, la situación de crisis económica que ha favorecido al gran crecimiento de la bolsa de desempleo en España. Tras la exposición que, aunque muy bien expuesta, se me hizo un tanto densa por la cantidad de datos mostrados (aunque, por otro lado, necesarios para afrontar dichos temas), mi interés se volcó en el caso alemán. Un caso en el que el desempleo, actualmente, tiene un comportamiento totalmente distinto al de España y otras economías vecinas. Tal es el caso, que esta semana hemos podido ver como desde el gobierno alemán se impulsan proyectos y cooperaciones bilaterales para poder cubrir los entre 500.000 y 800.000 trabajadores que a corto plazo necesitan.
Ello me llevó a recuperar un artículo que tenía pendiente y a buscar en él una posible explicación de por qué situaciones tan dispares pueden producirse dentro de un ‘mismo sistema económico’. Lo cierto, es que ese ‘mismo mercado común’ no implica economías homogéneas. Según Stefan Beck y Christoph Scherrer (universidad de Kassel y autores del artículo al que se ha hecho referencia) el modelo de gobierno corporativo y predominio del valor accionarial, deberían volver a hacer atractivo el modelo alemán o ‘renano’ de producción de calidad diversificada y sus instituciones. El Modell Deutschland posee, siendo esta una de las características más destacables,  una gran estrategia mercantilista de conseguir excedentes por cuenta corriente, con un objetivo principal desde el gobierno de Schröer (década de los 90 e impulsor de las reformas que caracterizan la actual economía alemana): fomentar el crecimiento económico a través de las exportaciones.
La crisis alcanzó a Alemania por dos vías. Una fue la financiera y, al igual que en la mayoría de los países de la UE, bancos alemanes fueron rescatados mediante garantías públicas de hasta 400.000 millones de euros. Pero la vía más importante fue la del comercio. La industria de exportación, el núcleo del modelo alemán, sufrió inmensamente por la caída de la demanda internacional. Su especialidad, los automóviles y los bienes de equipo, recibieron golpes especialmente duros. Sin embargo, a finales de 2009 las exportaciones han vuelto a despuntar (un 3%). Si el núcleo del modelo alemán se apoyo en una estrecha cooperación de capital, mano de obra y Estado para promover las exportaciones, tal orientación puede haberse fortalecido durante la crisis con semejantes resultados. Lamentablemente, el éxito de las exportaciones puede ahogar a países vecinos que no pueden escudarse en depreciaciones de la moneda. Esta estrategia mercantilista de perpetuos excedentes comerciales y por cuenta corriente hace que, sin embargo, las tendencias deflacionistas resultantes de Alemania y de las balanzas de pagos y/o problemas presupuestarios de países deficitarios sean caras de la misma moneda. Lamentablemente, el modelo alemán fomenta el crecimiento de la economía y el empleo propios a expensas de otros países (aunque, cabe decir, que actualmente, dependa de el empleo de ciudadanos de otros países para dicho crecimiento siga).

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