miércoles, 5 de enero de 2011

Antidüring de Engels, de Manuel Sacristán (lectura 3)

Antidüring de Engels, de Manuel Sacristán (lectura 3)

¿Qué es una concepción del mundo?

Una concepción del mundo es el conjunto de principios que dan razón a la conducta de un sujeto: Simpatías y antipatías, reacciones a estímulos morales… es decir, buena parte de la conciencia de la vida cotidiana.

Comúnmente esta conciencia está explícita en la cultura en la que el individuo vive. Es decir, que la cultura contiene afirmaciones acerca del mundo físico y estimaciones de la conducta. Sin embargo, que estas cuestiones estén formuladas explícitamente no implica que pueda averiguarse a partir de ellas la concepción del mundo que opera en esa sociedad, porque en muchas ocasiones esas formulaciones explícitas no son un reflejo de la realidad social, sino que tienen un carácter de ideología (en el sentido marxista)

No obstante, a pesar de este carácter ideológico, puede establecerse una relación entre las concepciones del mundo y la ciencia positiva, atendiendo a los núcleos más concentrados y conscientes de las concepciones del mundo que dan lugar a credos religiosos y a sistemas filosóficos. Estos sistemas filosóficos, al ser desplazados por la ciencia, se refugian en supuestas verdades superiores a las de la ciencia.

Esta estrategia terminó fracasando al constituirse el conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna. Este conocimiento se caracteriza por posibilitar previsiones exactas, realizadas a partir de mecanismos que nada tienen que ver con los de la tradición filosófica. Esto se debe a que las concepciones del mundo contienen esencialmente afirmaciones no resolubles mediante verificación o falsación.

Otra de las características del conocimiento científico es que es intersubjetivo, es decir, que todas las personas preparadas entienden su formulación del mismo modo, a diferencia de la filosofía sistemática tradicional.

Estas dos diferencias fundamentales, que son dos rasgos del conocimiento científico que las concepciones del mundo no comparten, no implican necesariamente que no puedan sostenerse y apoyarse mutuamente. Ambas están relacionadas, y es importante ser conscientes de esta relación para poder establecer la diferencia entre ellas.


La concepción marxista del mundo

La concepción marxista del mundo es una concepción del mundo explícita, que pretende terminar con la distorsión de la conciencia que suponen factores no reconocidos o idealizados. Para el marxismo, la liberación de la conciencia presupone la liberación de la práctica; es decir, que la concepción marxista del mundo tiende a sostenerse sobre ciencias reales.

Esto quiere decir que la filosofía no constituye un sistema superior a la ciencia, sino un nivel inspirador del pensamiento científico. No existiría, por tanto, un conocimiento por encima del conocimiento de la realidad misma, no podrían explicarse los fenómenos en base a otros fenómenos ajenos a ellos o en base a causas no naturales.

Por tanto, el materialismo es una de las bases de la concepción marxista del mundo. La otra es la dialéctica, que parte de las limitaciones del método científico-positivo para generar conocimiento.

La ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva que elimina factores de complejidad y genera modelos más simples y homogéneos. Esto puede llevar a la pérdida de relevancia de los factores cualitativos. Este método tiene éxito porque permite penetrar eficazmente en la realidad y, por otra parte, posibilita a la larga formación de conceptos más adecuados.

Sin embargo, este tipo de abstracciones sacrifican una parte de lo concreto, una parte decisiva para la individualización de los objetos, para la comprensión de su totalidad concreta. Es en este punto en el que interviene la dialéctica, que intenta recuperar lo concreto sin introducir más datos que los de la realidad objetiva.

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