miércoles, 10 de noviembre de 2010

... en el baúl de los recuerdos.

... en el baúl de los recuerdos.

El pasado martes 2 de noviembre introducíamos una clase con las sentencias de Epicuro, filósofo griego, referidas a la vida y a la felicidad de la misma.

Buscando en el baúl de los recuerdos, en los apuntes del bachiller francés lleno de autores y debates existenciales sobre el amor, el arte, la religión, etc., encuentro el pensamiento de Epicuro sobre la existencia, el tiempo y la felicidad. Fundamento este de una perspectiva de vida que, hoy en día más que nunca, puede contribuir a que veamos el mundo con otros ojos viviendo y disfrutando notablemente más de lo que lo hacemos.

Incluido entre los autores que proponen vivir el instante como si fuera el último, Epicuro nos presenta en Cartas a Meneceo la búsqueda de la felicidad, esa felicidad que nos ofrece la vida efímera que no esperar lo más mínimo del mañana.
A diferencia de los estoicos, Epicuro no cree en la providencia sino en el azar ya que, señala, nosotros no decidimos.
Para Epicuro, la filosofía es una medicina. Constata que el objetivo de esta medicina es la felicidad. Así, el objetivo de la filosofía es aportar los instrumentos de la felicidad.

Encuentro en mi baúl de los recuerdos, la doctrina de Epicuro denominada “Doctrina de los cuatro remedios”: Tetrapharmakon, que consiste en las siguientes premisas.
  1. No temer a los dioses ya que estamos liberados al azar. En este sentido, no debemos temer cuanto nos pueda ocurrir ya que no depende de nosotros. Se trata de una doctrina polémica al señalar que, efectivamente, los dioses no se ocupan de nosotros.
  2. No temer a la muerte“La muerte no significa nada para nosotros en tanto que cuando estamos, ella no está, y que cuando ella está, nosotros ya no estamos”. Según esta doctrina, la vida y la muerte se excluyen mutuamente.
  3. No temer el dolor. Epicuro habla de “aponía” como dolor físico y de “atoraxia” como dolor moral. No debemos temer la aponia sino que lo que tenemos que practicar es excluir cuanto exceda las necesidades vitales. En cuanto a la atoraxia, hemos de desligarnos de todo problema perteneciente al mundo de los sentimientos.
  4. No temer la perdida de la felicidad. Según Epicuro, al sabio no le faltará nunca nada puesto que es un ser autosuficiente. Contrariamente a una felicidad que el autor denomina frágil, se trata de buscar una tal que emane de sí mismo, ajeno a cualquier factor externo. De este modo, no podremos perder más que aquello que nos pertenece. Epicuro concluye que se trata de una autosuficiencia que le aporta al sabio una felicidad continua y estable.
En esta filosofía epicureísta, el sabio atraviesa la vida sin conflicto ya que lo hace sin espera alguna. ”No es la duración mas larga la que cuenta, sino la mas agradable” haciendo así referencia al disfrute del día a día. Con esta mención a lo agradable, Epicuro se refiere al aumento del bienestar, así como a la obtención de esta felicidad a través de las pequeñas cosas que ya están presentes, sin alimentar vanos deseos.


Seguiré rescatando autores antiguos del baúl de los recuerdos porque la aplicación de sus doctrinas me resultan más necesarias hoy en día que nunca...


Publicado por Laura Revuelta

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