viernes, 19 de noviembre de 2010

Tu vida en 65 minutos

Tu vida en 65 minutos

"Lo único de crecer en esta jungla, es saber seguir en pie cuando todo se derrumba"

 Hoy he querido decicar mi entrada a esta película de María Ripoll, tu vida en 65 minutos.

 
El ciclo de una lavadora —¿65 minutos, quizás?— visto como el ciclo de la vida. Vacía y llena y vacía y llena. A veces, merece la pena gastar energías por sólo cinco camisetas, si de verdad uno quiere ponérselas. A veces, merece la pena revisar, buscando sólo pequeños detalles que expliquen todo: el orgullo de un partido ganado, la necesidad de recuperar un hermano perdido, un centro comercial que huele a tanatorio, un apodo cariñoso que se repite en la sala de un cine de reposiciones... 
La aceptación de la vida y la muerte, sin más. Sin grandes dramas. Una gran desmitificación, desde luego. Un coche en un túnel de lavado con una luz blanca al fondo. Comprender, eso es todo. Disfrutar. 
El mérito de Albert Espinosa —guionista y autor de la obra de teatro del mismo nombre— y María Ripoll es meter al espectador en esa lavadora cíclica, mezclarle con el pantalón rojo, con la camiseta naranja, dejarle girar junto a los calcetines y los calzoncillos y después sacarle, mojado, arrugado, pero con unas ganas tremendas de salir al sol y secarse. 
Vivir. Con todas sus consecuencias. Incluida la consecuencia final. Vivir toda la vida en un solo instante. Ser feliz; sentirse, por fin, completo. Tan feliz, tan completo… que no necesites nada más. Absolutamente nada. 


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