lunes, 29 de noviembre de 2010

Nieva en Diplomacia

Nieva en Diplomacia

Nieve, fútbol, Cataluña. Pero un término es el más escuchado en las últimas horas y que uno de nuestros compañeros de curso ya comentó hace unas semanas: wikileaks.
Imagino que todos sabemos de qué estamos hablando pero nunca viene mal en un escrito comentar brevemente la función que engloba este concepto: el portal de Internet que está poniendo el mundo diplomático estadounidense patas arriba por la publicación de todos los documentos confidenciales que guardan de los diversos trabajos de los últimos años.
En un inicio consternaron la opinión pública con datos extraídos de las recientes guerras de Afganistán e Irak, tanto documentos escritos como incluso imágenes y vídeos que detallan hasta el más alto grado de definición las maniobras ejercidas por el ejército de los Estados Unidos, en especial en el trato hacia la colateralidad de los daños (el concepto que más define la edad que nos ha tocado vivir, si se me permite).
Todos estos datos surcan con la velocidad de Internet cualquier lugar del mundo y ahora mediante la propagación en cinco medios que han considerado (El País en España, Le Monde en Francia, The Guardian en Inglaterra, The New York Times en los Estados Unidos y el semanal Der Spiegel en Alemania) ponen en cuestión cualquier relación internacional que registren los americanos.
Los países empiezan a tener sus  reacciones. Washington condena totalmente todas las filtraciones, Francia se siente amenazada, Inglaterra admite públicamente la censura de ciertos datos por “seguridad nacional”, en Oriente reciben con un receloso entusiasmo la información generada y la web de marras ya no funciona por un supuesto ataque.
La verdad es que la información no ha hecho más que empezar (ellos admiten poder quintuplicar cualquier tipo de información de más conflictos internacionales que los mostrados) y la sociedad apenas parece encontrar diferente esta noticia.
Quizá la costumbre o las películas hayan anestesiado cualquier reacción ante la noticia o incluso se haga efectivo el “piensa mal y acertarás”, pero lo que estaremos todos de acuerdo es que con esta acción no sólo se inicie un debate interesante sobre los casos concretos sino que nos puede abrir un nuevo mundo donde obligatoriamente cualquier canal de información necesite de mayor cobertura en menor espacio. Casi invisible.
Porque quizá la sociedad que nos ha tocado vivir, la de los daños colaterales, ofrezca precisamente las informaciones colaterales, y la comunicación rápida y global.
Quizá el mundo tenga menos poder. Quizá sea la liberalización informativa.
O el nacimiento de la nueva censura.
Quizá es que está nevando y me dejé llevar por la utopía de lo nuevo y el futuro. 

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