Ayer, los que asistimos, pudimos disfrutar de los encuentros sobre Música y Realidad Social. Fuimos menos de los esperados, pero los que estuvimos, lo pasamos muy bien, a pesar de la competencia, sobre todo por la tarde, de los sonidos "aterradores" procedentes del sótano.
Resulta, sin embargo, curioso que muchos de los que han incorporado sus músicas en sus blogs no vinieran al encuentro final, como si esto de la Música fuera un deber más que un placer. Música y Realidad Social no sólo nos permite ver una perspectiva renovada de la música, sino que lo importante es poder compartir entre todos gustos musicales que de esa forma pueden constituir otra forma de abrirse a otras maneras de concebir el mundo. La Música representa muchas cosas, pero sobre todo, es amplia en sus horizontes y encontramos constantemente sorpresas, no sólo en las novedades, sino en las reposiciones de muchas aportaciones y reencontramos como en toda manifestación artística, "para todos los gustos y colores". Ese es el sentido de este programa, al tiempo que lo que se busca es permitir espacios de intercomunicación entre los participantes en el aula, hacer más cercano al otro, y todo ello en un ambiente integrador y tranquilo, donde no hay ni alcohol ni chillidos, ni gritos. Un espacio donde según se escucha, se reflexiona, se piensa, se comparte, se acerca.
Gracias a todos los que habéis venido y habéis aprovechado esta oportunidad, que hubiera sido más lucida sólo si hubieran acudido los que habían incorporado su música y sus comentarios en sus blogs. Aún así, ha valido la pena para los que tuvimos la decisión de participar.
Mi regalo para estas navidades es el primer movimiento del Concierto núm. 2 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninov, interpretado por él mismo.
Ahora, tendremos que concentrarnos en el trabajo de grupo y en su finalización.
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