sábado, 18 de diciembre de 2010

Homenaje a Carlos Lenkersdorf (I)

Publicado el  por eomo

Hace ya días, terminaba una traducción a altas horas de la noche, embutida en el edredón y los guantes sin dedos que uso para currar (en mi casa no hay calefacción y a esta alturas del año una tiene que –por ejemplo- levantarse bailando reggaeton si no quiere morirse de frío por la mañana) con ganas de leer algo sugerente antes de dormir, un par de párrafos nomás, así como regalo de buenas noches… y tecleé “Carlos Lenkersdorf” en Google. Había descubierto alguno de sus libros que no había leído colgado en la Red y quería leer algún cachito: sabía que cualquier párrafo al azar iba a ser siempre una ventana nueva, una esperanza. Esta vez, sin embargo, al teclear su nombre ocurrió algo que yo esperaba que no iba a pasar nunca. Es decir, hay gente que nunca, nunca desaparece y por tanto una cree que tampoco nunca van a morir. (Hay gente que está muerta -es verdad- desde antes de que nacieras y sin embargo han sido compañeros inseparables toda la vida, pero luego están los que sabías que estaban, los que sabías que andaban por ahí, y esos, aunque tengan 84 años ya, es muy difícil aceptar que se vayan).  El titular del periódico sin embargo lo anunciaba y yo, incrédula, pinché sabiendo que tenía que ser uno de esos típicos errores de Internet. Pero no: confirmé con otros titulares y me tuve que hacer a la idea, mientras mi cuerpo, lleno de pena, se había hecho chiquito y medio lloraba medio se reía nervioso releyendo sus letras, emocionándose de nuevo con sus palabras.
Me impone hablar de Carlos Lenkersdorf, por el respeto y la admiración que le he tenido siempre…  y aunque en la vida una tiene much@s maestr@s (y  vendrán  más) presiento que va a ocupar siempre un lugar muy importante.
La primera vez que abrí un libro suyo fue hace 10 años: “Los hombres verdaderos: voces y testimonios tojolabales”, me lo pasó la maestra de la escuela de la comunidad zapatista (Chiapas) donde estaba, y desde entonces, no he dejado de leerle. Fue un traductor esencial, me ayudó a comprender la cultura del “yo” de la que yo venía y me hizo asomarme a  ese “nosotros” tojolabal, tan diferente de los “nosotros” excluyentes que se forjan por estos lares en estos tiempos que corren y que son mentira… y desde ahí, fue que de veras empecé a comprender la lucha zapatista, que me impresionaba tanto (todavía, siempre).
Hacía un par de meses que había llegado a Chiapas, emocionada con lo que había leído en periódicos y comunicados, libros, discursos, ensayos… pero cuando llegué allí, a las comunidades zapatistas, me di cuenta que había muchas cosas que no comprendía y que iban más allá de lo que había podido intuir siquiera…
Fue leyendo a Lenkersdorf, “aprendiendo” tojolabal con sus libros y conversando mucho con otros compas, que empecé a comprender un poco lo que era mirar desde realmente otro lugar y –de paso- lo que era mirar desde el lugar desde donde yo miraba. Y eso que yo, que había vivido en diferentes sitios y con gentes muy diferentes hasta entonces, me creía sensible a eso de los “puntos de vista” y las diferencias culturales… pero cuando agarré ese primer libro: no daba crédito, cada párrafo me daba un vuelco.
Así que, aquí os transcribo algunos de esos párrafos que ojalá disfrutéis como yo los disfruto, y sobre todo, os recomiendo mucho que busquéis sus libros… Lenkersdorf, a través de la lingüística, nos ayuda a asomarnos a ese mundo nosótrico, intersubjetivo, tan difícil siquiera de imaginar para mentes amuebladas en Occidente. 
Desde mi más profunda admiración, gratitud, y el deseo de que esto pueda ser, aunque minúsculo… una suerte de homenaje.
Sobre lo bello, la belleza- tzamal
“tzamal (en tojolabal) es el término que corresponde a los conceptos bonito, bello, hermoso, alegre, paz. Se trata de una voz multifacética por la diversidad de significados que representa traducirla al español. Desde la perspectiva tojolabal, en cambio, la pluralidad y variedad semánticas se manifiestan en la misma palabra y así lo entiende el oído tojolabal. (…) En primer lugar, para los hispanohablantes se presenta lo bonito y lo hermoso. Pero no hay que identificarlo con aquello que vemos y que se nos muestra, por ejemplo, en la propaganda comercial y los códigos acostumbrados a la belleza corpórea. Un tojolabal nos explicó que, por ejemplo “me visto bonito si mi corazón está alegre y contento”. Es decir, lo bello es el lenguaje del corazón, y los otros lo notan solamente si entienden este lenguaje. No se trata, pues, de lucirse, sino de saber escuchar lo que nos dice el corazón. Pensamos que a partir del mismo corazón se explica o se interpreta la multitud semántica de la voz. Con base en esto trataremos de explicar las otras acepciones.
En primer lugar se presenta la alegría y lo alegre, y esto se verbaliza en el tzamalaxi, alegrarse, la verbalización del término tzamal. Este sentido se entiende porque un corazón contento está a la vez alegre. Por la misma razón se comprende que un corazón contento y alegre, que se manifiesta en la hermosura, también es un corazón feliz que, como tal, busca y trae la paz. No es belicoso, sino que se esfuerza en establecer la paz y no el conflicto. En este sentido, finalmente es bueno y justo. En resumidas cuentas, desde la perspectiva tojolabal, la belleza y la hermosura del corazón orienta la percepción de las personas.  Por ello, exige un cambio de percepción para los representantes de la sociedad dominante. Frente al diluvio de lo que quiere llamar la atención mediante los cuerpos atractivos y bellamente vestidos, los carros, casas y tantas cosas más consideradas hermosas, nos toca aprender el lenguaje, las manifestaciones y las ansias del corazón. Ahí encontraremos la belleza en la paz y la justicia entre los hombres, en los encuentros alegres de las fiestas tojolabales, de la milpa, de la naturaleza, mejor dicho de Nuestra Madre Tierra. Pero también lo hermoso se muestra en la música, en la poesía, en el trabajar la tierra, en la armonía entre los labradores en el monte, en el trapiche y en las caminatas por las veredas. Porque caminar es un arte, manifestación de una armonía entre corazón y cuerpo. Y esta armonía finalmente se manifiesta tanto en la producción de ollas, tortillas, bancas, como también en las pinturas murales que en los años recientes han empezado a embellecer las paredes de casas y edficios públicos en las comunidades tojolabales y mayas de Chiapas en general. (…).
Las manifestaciones del corazón, finalmente, no son debilidades románticas ni sentimentales. Los compromisos con lo justo tiene su fundamento en la justicia restitutoria y no punitiva; en la paz que se funda en el diálogo en lugar del enfrentamiento; en la belleza que se funda en a armonía de estar de un corazón en medio de la pluralidad y diversidad de opiniones. No podemos mencionar todas las variantes expresadas por el término tzamal, algunas de las cuales presentamos en las entradas del diccionario. En la última instancia vemos en el concepto tzamal lo íntimo del corazón que se manifiesta en lo estético, lo social, lo político y tantos aspectos más (…).”
El bien y la libertad
El jlekilatik es un sustantivación del adjetivo lek (bien,bueno)- De hecho, es un derivado cuya formación es instructiva. Al adjetivo se agregan tres sufijos que lo modifican. En primer lugar está el sufijo de determinación –il. Éste va seguido por el sufijo generalizador –al y, para terminar, se añade –tik que, junto con el prefijo –j se refiere a NOSOTROS. En resumidas cuentas, la derivación se refiere a un bien determinado y generalizado en el sentido de que es “nosótrico” y no individual, tampoco individualista. De esta manera se explica la referencia a la libertad y la entiende radicalmente diferente de la libertad de la sociedad dominante que es individualista, como veremos más adelante. Las misma características del término se aplican al significado de “sociedad justa”. Ésta tiene que ser determinada, generalizada y nosótrica. Por tanto, no puede ser exclusiva. El NOSOTROS, pues, no es un nosotros exclusivo que ve en los otros a los malos, sino que es un NOSOTROS inclusivo de extensión cósmica.
Ahora bien, el jlekilatik, es la meta de toda la lucha de los explotados y se distingue de lakutzilatik, que un grupo limitado puede alcanzar al tener comida suficiente, trabajo y techo. El jlekilatik, en cambio, es la sociedad justa en la cual las personas no se explotan entre sí. Con esto no se acaban las traducciones que se refieren jlekilatik. Pueden serla paz, justicia, libertad y otros conceptos. Todos estos están implícitos en lo que llamamos lasociedad justa. Algunos traductores refieren el término también a conceptos religiosos como, por ejemplo, vida eterna. Hay, pues, una gama muy extendida de nociones que originalmente no estuvieron incluidas en la palabra. De todos modos,no podemos fijar el significado en un solo concepto. Según el cntexto varían los sentidos y, de este modo, el vocablo es una ejemplificación acertada de que no hay traducciones literales.
Ahora bien, el concepto de jlekilatik en cuanto libertad es de tanta importancia que regresamos al término porque se entiende de modo tan diferente de la sociedad dominante. En el contexto de la sociedad dominante la libertad suele entenderse como libertad individual, es decir, puedo hacer lo que me dé la gana. Los otros, en cambio, representan obstáculos para la realización de “mi libertad”. En el contexto tojolabal,en cambio, la libertad se realiza en el contexto de la sociedad justa, es decir, del NOSOTROS -> kentik. Por tanto, cada individuo está libre si el NOSOTROS está libre. Dicho de otro modo, el NOSOTROS no puede estar libre si el individuo insiste en su libertad individual a costa de los otros. Todo lo contrario: el individuo está libre al participar en la libertad nosótrica, y éste exige que el individuo no insista en lo suyo, de lo cual se ha liberado, sino que contribuya a la libertad de todos NOSOTROS. Se trata, pues, de una libertad de mi individualismo y por ello, de una libertad para los demás.
Extractos de: “Conceptos tojolabales de filosofía y del altermundo”
…Sobre la libertad y la comunidad…
“(…) La comunidad de consenso nos explica su concepción de la libertad por testimonios que ignoramos, puesto que no  nos podemos referir a ideas comunes. No se trata de cosas ordinarias ni consabidas en la sociedad en la que vivimos. Otra vez dejamos la voz a los poetas para hablar de la comunidad que nos hace libres, dice:
jastal `oj ka`jb’ajtik/b’a slekilal ja jmojtiki/`oj ch’ay b’a jk’ujoltik/ spetzanil ja b’a kechan jb’aj ke`ntik.
¿Cómo nos comprometemos los unos con los otros, /para el bien de nuestros compañeros?/ Que se pierda en nuestro corazón /todo lo que es sólo para nosotros.

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