jueves, 30 de diciembre de 2010

Música y Realidad Social

Música y Realidad Social


El trabajo es un secuestro de nuestro tiempo
nuestra energia
Nuestro tiempo a la venta en el mercado laboral
a quien beneficia

Condiciona tu ritmo, marcando la pauta
de tu reloj vital.
Robandote tu tiempo cada dia desde que sales
Para ir a currar.

No somos pagados, recibimos migajas
de lo ke producimos.
Convertido en mero instrumento consumidor
de la produccion.

El trabajo asalariado, es el robo, al servicio del sistema
Tiempos de atraco, tiempo de robo, normalizado permitido y legal.

Y este gran mercado creciendo a costa tuya
recupera lo ke es tuyo.
Pelea por tu tiempo, combate el engranaje,
No seas una pieza más

Que el trabajo no sea lo que llena tu vida
no te dejes secuestrar
como respuesta a su atraco establecido
roba lo ke puedas

El trabajo asalariado, es el robo, al servicio del sistema
Tiempos de atraco, tiempo de robo, normalizado permitido y legal



Aunque con un poco de retraso, he decidido publicar una canción que tiene mucho que ver con el sistema económico que tenemos en la actualidad. Este tema, titulado Tiempos de Atraco, del grupo barcelonés Elektroduendes, describe una realidad ante la que pocos se paran a reflexionar. Siempre se ha dicho que el trabajo dignifica al hombre, que la actividad laboral sirve para dar sentido a la vida de las personas. No estamos aquí para contradecir tal afirmación, pero sí debemos matizarla. Si bien el trabajo es una de las actividades más relevantes en la vida de una persona, deja parcialmente de ser tan dignificadora en el momento en que el producto de dicho trabajo pasa a beneficiar a terceras personas. Lejos de obtener cada persona el rédito de las actividades laborales que realiza, la retribución se estima en un contrato firmado previamente que no suele ser coherente con el incremento de valor que ese trabajo supone.

“El trabajo asalariado es el robo al servicio del sistema”. Marx ya habló de la plusvalía, esa creación de valor que el trabajador consigue con su labor y de la que se apropia el empresario. En virtud del contrato firmado, el trabajador vende su fuerza de trabajo, renunciando así al usufructo de la actividad que realiza para contentarse con un salario que le aporta la seguridad de saber que al final de cada mes recibirá una suma económica que le permitirá dar satisfacción a sus necesidades. El empresario juega con esa necesidad de seguridad intrínseca a la naturaleza humana para arrebatar al trabajador lo que éste ha creado con sus propias manos. Eso sí, el trabajador se supone que cobrará el salario estipulado aunque la empresa para la que trabaja obtenga pérdidas al final del ejercicio.

La pregunta que cabe hacerse es si seríamos capaces de vivir con otro modelo que no fuera el del trabajo asalariado. Si los seres humanos podríamos producir todo lo que necesitamos e ir avanzando hacia una supervivencia cada vez más cómoda, cada vez más alejada de la incertidumbre, sin estar subyugados unos a otros. ¿Podríamos ser productivos con un modelo que no se basara en la explotación y en el apropiamiento de la riqueza creada por otros, sino cimentado en la autogestión y cooperación?

1 comentario:

  1. El trabajo dependiente, el trabajo hecho para otros, el trabajo que te explota, puede hasta satisfacer, pero en la medida en que nos realizamos en el éxito ..... y pocas veces ocurre. Las pautas de motivación fuertes no son las del éxito o el logro, sino las que están más cercanas a la libertad y a la participación, a la sensación de vivir en un mundo donde se comparte, a la interacción e interrelación entre personas y personas, y entre personas y cosas .... con un sentido, con un horizonte hacia el que queremos (voluntad) caminar.

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