lunes, 20 de diciembre de 2010

PAN ROMANO.

PAN ROMANO.

!Auténtico pan romano, para los romanos!.

En muchas ocasiones los ciudadanos de Roma podían escuchar a los pregoneros anunciar el pan repartido del día. Este era ofrecido por los panaderos de la ciudad, quienes lo habían preparado durante la noche, una vez repartido el cereal en el ocaso del día; así antes del amanecer, los panaderos más laboriosos podian colocar su pan en los mercados de abastos y copar la mayor parte de la oferta panadera del día. Habitualmente lo hacían con esa frase de: !Auténtico pan romano, para los romanos! pues se le concedía una gran importancia a los productos fabricados en la misma Roma y por los mismos romanos, ya que, la República o el Imperio se habían convertido en un crisol de etnias y culturas, la gran urbe era muy orgullosa de sí misma y a menudo sus habitantes miraban con desprecio lo llegado desde las provincias.
Pero lo cierto es que ni el pan lo preparaban los romanos ni el cereal procedía de Italia. la mayoría de los trabajos manuales los realizaban los esclavos, muchos de ellos extranjeros, pues habían sido capturados en las conquistas de Roma y conducidos por los legionarios (sus amos) con la espera de venderlos en un mercado, ya que este era el principal botín que recibían tras la conquista. Pero como eran baratos una vez comprados ocupaban la mayor cantidad de trabajos en la República o Imperio. En ocasiones alcanzaban la libertad, siendo libertos comprados a sus propios amos, pero no por ello dejaban de ser extranjeros, ahora bien, ahorraban una cantidad de dinero suficiente como para comprar una panadería y convertirse en los amos de nuevos esclavos. De esta forma el sistema se auto-alimentaba.
El cereal procedía sobre todo de Egipto, de las grandes llanuras junto al Nilo, en la época clásica el mayor granero del Mundo conocido era la legendaria tierra de los faraónes. La cantidad de trigo que producían era capaz de alimentar al Imperio Romano entero. Los comerciantes de trigo lo compraban al Faraón (durante la República) por un precio barato, lo embarcaban en Alejandría y se dirigían a Nápoles, donde se encontraba el mayor puerto comercial. Una vez allí se distribuía a las distintas urbes de las Provincias, siendo Roma la preferente. Después con la caída de la República y con ella la dinastía ptolomaica en Egipto, los faraónes serán los Emperadores (Césares) quienes se dueñarían de los silos de trigo del Nilo, evitando así problemas con el suministro de trigo al Imperio y por tanto, evitando posibles amotinamientos del pueblo o los soldados hambrientos.
Pero, una vez a bordo el trigo, pasaban a ser propiedad de los comerciantes de trigo quienes utilizaban los retrasos en el desembarco del cargamento en Ostia, para poder presionar sobre el precio. Cuanto menos cantidad disponible mayor será el precio de compra de los panaderos; lo cuál explica la oposición tan fuerte a la que se efrentaron emperadores cómo Julio Cesar, Cayo Claudio o Adriano, para reformar el puerto de Ostia haciendolo más grande, lo que permitiría una mayor cantidad de trigo para la ciudad. Pero, los collegiun, es decir la asociación de comerciantes de trigo, que además controlaba el desembarco de mercancías que debían llegar a Roma, se encargaban de mantener el control del trigo para sus satisfacción de intereses personales (cada collegium tenía su Jefe). A mayor precio mayor beneficio, no obstante, los collegium se excedían en el precio o el tiempo, lo que originaba una escasez de grano de trigo y por tanto de pan en Roma.
Ahora bien, que importaba el pan, si era el alimento de la plebe y los esclavos. Así es, la dieta romana media al més se componía básicamente de pan y vino, siendo en su mayoría de mala calidad (harina mezclada con arena y mucha sal; y un vino bastante aguado y mal fermentado) acompañados de algunas gachas y en ocasiones alguna pieza de carne de cerdo (la mayoría de las veces por celebraciones especiales) aunque seran sobre todo las clases medias las que más se aliemnten de ello, junto con muchas variedades de verduras y algo de fruta. Los patricios, apenas probaban el pan, se alimenaban sobre todo de marisco, frutas (a todas horas) verduras (pocas) carne de caza y algunas especies de pescado. En un sistema político en el que la clase dominante de la sociedad copaba la dirección política, no le importaba el aumento del precio del trigo, pero sí la escasez. Si faltaba pan: el pueblo no tenia nada que comer, lo que provocaba hambrunas y con ello los amotinamientos, normalmente dirigidos a las bases de los collegium obligandoles a descargar el trigo de los barcos, pero si al gobierno de la ciudad se le ocurría hacer intervenir a las tropas, para evitar linchamientos y proteger las reservas de grano de emergencia (por evitar que robasen todo el trigo y no quedase nada al día siguiente); el motín se convertía en revuelta. Las revueltas populares se dirigía hacia las villas de la ciudad asaltando las casas y matando a los varones o  violando a als mujeres, de forma que atacabn directamente al patrimonio y los familiares de la clase polítca (casi siempre eran acompañadas de incendios de las villas o vegaciones en las calles, desnudando a los patricios y arrojandoles heces).
Por tanto, la muy recurrente frase de: pan y circo para referirse a la corrupcion de las mentes de los hombres sencillos, obvia la importancia que tenía el pan en Roma, no por ser instrumento de engaño, sino por ser la pieza fundamental que permitía al sistema que funcionase.

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