lunes, 6 de diciembre de 2010

Huelga de élite

Huelga de élite

Para todo hay clases, incluso entre huelguistas.

Desde ayer por la tarde, España se encuentra paralizada debido al parón de los controladores a las puertas del puente más largo del año. Ya esta mañana, el Consejo de Ministros ha considerado que no hay mejor homenaje a la Constitución que aplicar el artículo 116 del Estado de Alarma.

Son muchas las personas que se han quedado sin vacaciones estos días (problemas del primer mundo) y parece que por una vez no la van a tomar contra el gobierno de ZP. En esta ocasión, los dardos van todos al centro de la diana que se encuentra en las torres de control.

¿Quienes son los controladores? Básicamente es personal altamente cualificado que tienen la sartén por el mango ya que sólo ellos, un grupo muy reducido, pueden coordinar el tráfico aéreo del país. Su salario es millonario y, por tanto, no precisamente pasan calamidades. En definitiva, son élite y por eso sus huelgas son tan fáciles de plantear, no tienen ningún miedo a quedarse en la calle y sin mantas.

Dejemos a un lado sus reivindicaciones, como están haciendo todos los medios de comunicación hasta este momento (por ahora seguiré al rebaño mediático para simplemente poner a esta gente en su sitio), y dejemos claro que no son trabajadores cualquiera. Su sindicato -SEPLA- es un sindicato corporativista, no un sindicato de clase. No merecen la solidaridad del resto de trabajadores porque ellos nunca movieron un dedo para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores rasos de AENA y, una razón de mayor peso, no secundaron la (pseudo-)huelga general del 29-S.

A ellos sólo les importa sus privilegios. Parecen vivir al margen de la situación del resto del país. El hecho de que mucha gente se haya quedado sin puente es un mal más que menor. Más de lo mismo con el daño a la imagen exterior o por los efectos nocivos para una economía ya enferma. Lo verdaderamente dañino es ver como una huelga de cuatro privilegiados hace mucho más daño que una huelga general de miles de trabajadores. Exactamente es eso lo que nos debe dejar enfurecidos con el mundo. 

Y es que, como decimos, hasta en las huelgas hay clases...

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