miércoles, 15 de diciembre de 2010

El miedo a la libertad

EL MIEDO A LA LIBERTAD



He escogido el libro de Erich Fromm, “ El Miedo a la libertad”, y he de decir que, aunque ha resultado un poco denso en algunos momentos, me ha encantado.

El autor relaciona el miedo y la libertad, buscando una explicación en la psicología del individuo y en los distintos procesos históricos, que nos hagan entender fenómenos como los totalitarismos.
Si sales a la calle y preguntas: ¿Te gustaría ser libre?. Adivino que la mayoría se extrañaría y se apresuraría a contestar, algo así como: “Por supuesto”, o “ yo ya soy libre”.

Muchas veces no somos conscientes de las implicaciones que el término “libertad” conlleva. Nos sorprendemos de cómo una persona, un Hitler, puede recibir apoyo de un pueblo entero que le sigue con fe ciega mientras comete toda serie de atrocidades . Pues bien, Eric Fromm nos ofrece su visión. Según él, todo empieza durante la infancia, cuando el niño se separa gradualmente de la estrecha unión, de la dependencia, que le une a su madre. La cual le proporciona protección y seguridad. Esta separación hace que el individuo se encuentre en una continua búsqueda de esa seguridad perdida.
El autor lleva a cabo un recorrido por distintos sistemas de organización social, como el medieval, en el que el hombre no gozaba de libertad individual, pero el orden al que se sujetaba le proporcionaba esa “safety” que tanto necesitaba (que tanto necesitamos todos).

Con la Reforma, el hombre vuelve a someterse, pero esta vez a Dios:“Esperanza de ser aceptado por Dios humillándose al extremo, abandonando todo vestigio de voluntad personal, renunciando a su fuerza individual y condenándola”

Tras el derrumbamiento del sistema medieval, el hombre vuelve a quedar solo y desorientado.
El capitalismo liberó al hombre de sus vínculos tradicionales y aumentó la libertad. Sin embargo, el crecimiento del mercado y la competencia incrementan la inseguridad del individuo. El hombre sólo y aislado no puede con las responsabilidades individuales, y las evade a través de: el autoritarismo (buscando protección bajo la sumisión a una persona que le proporciona la seguridad perdida. Encuentra un guía, un líder , un “padre” ; que decidirá lo que más le conviene a su “hijo”, que marcará el camino a seguir), la destructividad y la conformación automática(deja de ser él mismo y sigue las pautas fijadas).

Fromm nos habla de libertad negativa y positiva. Y de que el ser humano no debe buscar un “cordón umbilical” que le una al mundo a través de la sumisión para conseguir un fin superior a él. Como pasa con los regímenes totalitarios, donde el individuo quedaba anulado en favor de la masa. Debemos desarrollarnos plenamente, no anularnos: “La libertad positiva implica también el principio de que no existe poder superior al del yo individual; que el desarrollo y la realización individual constituyen un fin que no puede ser nunca subordinado a propósitos a los que se atribuye una finalidad mayor”

“ Tan sólo si el hombre logra dominar la sociedad y subordinar el mecanismo económico a los propósitos de la felicidad humana, si llega a participar activamente en el proceso social, podrá superar aquello que hoy lo arrastra hacia la desesperación: su soledad y su sentimiento de impotencia. Actualmente el hombre no sufre tanto por la pobreza como por el hecho de haberse vuelto un engranaje dentro de una máquina inmensa, de haberse transformado en un autómata, de haber vaciado su vida y haberle hecho perder todo su sentido.”

Hoy estamos rodeados por una superficialidad y un egoísmo apabullantes. Se nos ha enseñado a competir unos con otros, en lugar de colaborar. La alienación a la que nos hemos visto sometidos, nos conduce necesariamente a una inseguridad creciente = destrucción del otro o de uno mismo (“a fin de que el mundo deje de ser amenazante”) + conformidad automática (“discrepancia entre el”yo” y el mundo desaparecen”).

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